martes, 12 de noviembre de 2013

TEXTO 10: RELATO DE UN VIAJE

Relato de un viaje: Viaje a la antigua Roma

Mi hijo Javier y yo nos despertamos en una celda mugrienta, llena de polvo y de armas romanas. Un poco aturdidos por el viaje en el tiempo.
-¿Dónde estamos papá? – preguntó mi hijo.
-Estamos en el Coliseo romano – le expliqué yo
Era la época antigua. Mi hijo Javier se asomó a las rejas que nos separaban de las arenas del Coliseo:
-Ven a ver esto, papá – me dijo Javier.
Cuando me asomé vi aquel lugar tan amplio, lleno de gradas, construidas totalmente por piedra mohosa y húmeda.
-¡Impresionante! – exclamó mi hijo sorprendido.
Ya fuera del coliseo romano, sobre las dos de la tarde nos fuimos adentrando en el pueblo. Mi hijo se quejaba del hambre que le había entrado de repente. De pronto vimos dos hombres vestidos con armaduras que se acercaban hacia la gente.
-¡Romanos! – exclamaron varias personas a la vez.
A la paz que las personas gritaban “¡romanos!”, ellos mismos se metían en sus casas a la espera de que pasaran los romanos. Cada vez se acercaban más y más a nosotros. Javier y yo salimos corriendo de aquella calle, los romanos parecía que nos seguían pero al doblar la esquina de una calle bastante amplia los perdimos de vista.
Eran cerca de las tres de la tarde y aún no habíamos comido nada. Entonces vimos una posada:
-Papá, mira una posada ¿podemos parar a comer? – me preguntó Javier
Yo acepté, y los dos juntos entramos en la posada y nos sentamos en la mesa.
Unas horas después, salimos de la posada llenísimos, pero nada más salir nos encontramos a un juglar que recitaba una historia sobre un tal Rómulo y un tal Remo, que al parecer eran los fundadores de Roma, y que fueron amamantados por una loba. Cuando terminó, anunciÓ que a las siete de la tarde tendría lugar en el coliseo una representación de la historia de Rómulo y Remo.
-Papá ¿podemos verla? – preguntó Javier
-Vale, pero después nos iremos – le dije yo
FIN.

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